Proyecto para un matrimonio adulto con dos hijas ya independientes.
La vivienda se localiza a las afueras del centro urbano, en una colina con vistas al paisaje de la bahía y montañas del entorno.
El proyecto responde a las expectativas que su propietario tenía para este lugar tan especial; vivir en una casa elevada para ganar perspectiva sobre el paisaje e intentar dejar la mayor cantidad de jardín abierto debajo de ella.
De esta forma el garaje se esconde debajo del terreno y todas las estancias necesarias en una vivienda de un dormitorio se ubican en la planta superior. La planta baja, inicialmente sólo destinada a un amplio hall de entrada, incorpora finalmente dos suites para las visitas eventuales de la familia y amigos dentro de una caja "suelta" de madera que por otro lado mejora la privacidad entre hall y la calle.
Proyecto y dirección de obra: Henrique Pimont y Alejandro Ortiz (Pimont Arquitetura)
Equipo de proyecto: Fabiola Pimont y Mirela Moser
Ingeniero Civil: Eduardo Santos